Día 30.
"Dios está en medio de ella; no será conmovida. Dios la ayudará al clarear la mañana." Salmos 46,5
Aunque tus 30 días hayan concluido, ¿quién dice que tu reto tiene que terminar?
A partir de este momento, te desafío a que consideres tu relación matrimonial como un pacto, una alianza, en lugar de un contrato.
Estas dos palabras parecen tener significado y propósito similares, pero en realidad, son sumamente diferentes.
Ver al matrimonio como un contrato es como decirle a tu esposo: “Te tomo para mí y veremos si funciona”.
Sin embargo, verlo como un pacto, hace que digas: “Me entrego a ti y me comprometo a este matrimonio para toda la vida”.
Reto
Escoge uno de los dos:
- Redacta una carta donde le digas a tu esposo, porqué lo amas, y le digas todas las cualidades positivas que has descubierto durante este Reto.
- Escribe una renovación de tus votos y colócala en un lugar visible de tu casa. Si crees que corresponde, pueden ir ambos a la iglesia y presentarlos ante Dios.
En cualquiera de las dos opciones, acompáñala con el collage de fotos y recuerdos que estuviste buscando con anterioridad.
No te desanimes en cumplir el propósito de Dios para tu vida. Creo que tú tienes un tesoro que Dios te ha dado. Tienes dones, talentos y sueños que nadie más tiene.
A lo mejor será difícil a veces, puede que te enfrentes a obstáculos. Se valiente, esfuérzate. Dios está contigo y si Él está contigo, ¿qué puedes temer?
Abraza tu propósito, deléitate en tu Creador.
Disfruta a tu esposo, a tu familia, tus amistades.
¡Nunca olvides que eres una guerrera y tienes un Dios que te ama!
Hoy llegamos al final del reto, aunque sabemos que esto es una lucha diaria, no podemos terminar aquí! Más bien hoy comenzamos una vida nueva llena del amor de Dios, de oraciones, ideas, detalles que habíamos olvidado...